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Un repaso a las opciones y la viabilidad de la unión de empresas

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Un repaso a las opciones y la viabilidad de la unión de empresas

La unión de empresas es una opción viable y muchas veces idónea para la supervivencia de compañías en dificultades para continuar con su actividad o bien igualmente como recurso para aquellas otras que quieren crecer y hacerlo a través de acceder a demandas de servicios en el mercado que no pueden alcanzar con su estructura y su dimensión habitual. Entre las empresas instaladoras se presenta como una alternativa que puede ayudar a garantizar su viabilidad futura y una posibilidad para poder asentarse en el mercado y progresar en un entorno marcado por la gran variabilidad y la eclosión de nuevos negocios para complementar las tareas de trabajo habituales, así como por la escasez de profesionales para contratar.

 

Las fusiones de empresas ofrecen alternativas diferentes para completarse, bien mediante la absorción de una compañía por parte de otra, bien a través de la creación de una nueva empresa. El proceso de unión de empresas lleva implícito el diseño y la firma de un acuerdo, que supone una transformación para las compañías que participan en él y que, con seguridad, afectará a la estructura u organización de las mismas. Y todo ello porque a través de la fusión se disuelven de modo parcial o total las sociedades en cuestión y sus activos y pasivos quedan integrados en la sociedad resultante, que puede ser una de las participantes en el proceso mismo u otra de nueva creación.

 

Tipos de fusión y condiciones para ellas

En el último caso, cuando se crea una nueva compañía, la nueva entidad adquiere por sucesión universal todos los derechos y responsabilidades de las empresas fusionadas y ya disueltas. En correspondencia, los accionistas deben adquirir sus participaciones en la nueva empresa a través de un intercambio adecuado que tenga en consideración la parte de propiedad de la que disponían previamente, en las empresas fusionadas. Cuando se trata de una fusión por absorción, es la empresa absorbente la que recibe los activos, derechos y obligaciones de las que sociedades que se integran, cuyos socios deben recibir acciones o participaciones de la empresa en la que se integran.

En todo caso, en los procesos de unión de empresas lo aconsejable es que, previamente, se efectúe un análisis económico y financiero pormenorizado de las compañías que van a participar para conocer el valor de cada una de ellas y los títulos involucrados y analizar la viabilidad de la operación. En el informe posterior se deben tener en cuenta también diversos datos sobre las empresas, así como los tipos de intercambio de acciones que se realizarán o la fecha concreta de la operación, e igualmente se justificarán los detalles económicos más relevantes del proceso. Se debe detallar también la forma precisa en la que se llevará a cabo el canje de acciones o participaciones, así como las posibles repercusiones de la fusión para las partes involucradas.

 

Ventajas y otros procedimientos a establecer

Los procesos de fusión son apropiados en caso de riesgo económico que ponga en cuestión el negocio. A través de la unión se pueden reducir costes estructurales o también fortalecerse de cara a la competencia. También son medidas indicadas en el caso de que el mercado esté dominado por una gran compañía, con mayores recursos que el resto. Asimismo, las fusiones, ayudan a la diversificación y al acceso a tecnologías a las que probablemente antes no fuera posible acceder. Entre las ventajas principales está el incremento del reconocimiento de la empresa y su presencia en el mercado o la posibilidad de acceder a mercados nuevos, así como la mejora de los ingresos.

Entre los pasos del procedimiento establecer pautas para acordar el punto de equilibrio entre las empresas involucradas o favorecer la creación de una nueva cultura empresarial y adoptar una estrategia de comunicación útil para el proceso de fusión. En la parte final del proceso y aunque no siempre es requerida su participación, un experto independiente, que debe ser designado por el registrador mercantil, valorará la operación de fusión y la aprobación de la misma. Más tarde, la fusión de empresas debe ser aprobada por la asamblea de socios y también formalizarse en un contrato notarial y ser registrado en el Registro Mercantil correspondiente.