La patronal de la movilidad eléctrica, Aedive, defiende una información clara al ciudadano sobre el ahorro que supone la recarga de un vehículo eléctrico en comparación con el repostaje de combustible. Así quiere hacérselo saber al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, tras la publicación de la página web “Euros por cada 100 kilómetros”, ya que considera que “no se refleja realmente esa ventaja en los precios” y esto “podría llevar a confusión al usuario”.
Según Aedive, dicha información establece dos precios para la recarga eléctrica, uno para la doméstica, con un coste de 2,21€/100 km, y otro para la recarga rápida, de 6,16€/100 km, buscando así cumplir con la normativa comunitaria y nacional, que establece que todas las estaciones de servicio con ventas superiores a 5 millones de litros y aquellas que vendan combustibles alternativos deberán tener, a partir del 1 de abril, un panel informativo con los precios nacionales en euros por cada 100 kilómetros de los combustibles mayoritarios.
Desde Aedive señalan que “la adopción del vehículo eléctrico conlleva unos patrones y hábitos de uso completamente nuevos y distintos a los de los vehículos de combustible y que, por ello, la recarga es notablemente más barata que el repostaje”. Y citan como ejemplo que los usuarios de vehículos eléctricos pueden tienen dos formas de alimentar sus baterías al margen de las estaciones de servicio. La principal de ellas en el hogar o lugar de trabajo, a unos precios significativamente más económicos, y también a través del sector terciario (hoteles, centros comerciales, restaurantes, supermercados, parkings públicos, etc.). Además también añade que la recarga difiere en función de la potencia del punto de carga y del tipo y tecnología de la batería, lo cual afecta a los tiempos de recarga y también al precio del servicio.
Por todo ello enumeran tres retos a la hora de establecer precios en línea con los que se establecen para el combustible:
- Diferencias de uso. El vehículo eléctrico dispone de más opciones que uno de combustión, la principal recarga es la vinculada y la de oportunidad, de las que carece este último.
- Comparar lo incomparable. La recarga no siempre es igual porque no ofrece el mismo servicio una recarga rápida que una ultrarrápida o que una semirrápida. Por tanto, comparar el coste por kilómetro en una estación de servicio con otra no tiene sentido porque en un sitio cargará el cliente más rápido y en otro tardará más, y no se está comparando el servicio en términos equitativos, ya que solo se compara precio por kilómetro.
- Falta de homogeneización en el precio al cliente final. El establecimiento de los precios de la energía entregada en cada infraestructura está más cerca de las tarifas de telefonía móvil que de los precios de una estación de servicio normal. Los operadores de recarga pueden hacer paquetes de kWh, de kilómetros o usando otros parámetros, de manera que el precio unitario difiere de un cliente a otro. Si se estipula un precio, será difícil que coincida con el del contrato.c