Energías renovables
Una tecnología prometedora puede impulsar la energía solar para suplir a las energías fósiles

La solución para el almacenamiento de energía podría estar más cerca de lo que nos pensamos, con un reducido coste. El Instituto Tecnológico de Karlsruhe (KIT) en Alemania, está investigando una nueva tecnología basada en el azufre para el almacenamiento de energía para su posterior uso.
Esta independencia energética para las fuentes renovables sería el golpe tecnológico para provocar la sustitución de las energías convencionales o fósiles. El azufre y el ácido sulfúrico son comunes en aplicaciones industriales, pero la perspectiva que han propuesto los investigadores es novedosa en tanto en cuanto permite almacenar gran cantidad de energía a unos costes muy reducidos, comparado con otras soluciones actuales.
La propuesta es utilizar un sistema de absorción solar, tipo torre con espejos, combinado con una mezcla de azufre y ácido sulfúrico para almacenar la energía termoquímica producida en dicha torre, donde se alcanzan temperaturas altísimas. Gracias a la capacidad de almacenamiento energético del azufre y del ácido sulfúrico, podría aprovecharse para mantener la energía térmica y posteriormente ser capaz de devolverla al sistema con una capacidad de combustión estable, entre 10 y 50 kW, con densidades de potencias altas en condiciones atmosféricas estándar y con temperaturas superiores a los 1400 ºC. Con la temperatura adecuada y la energía necesaria, se producirá el cierre del ciclo del azufre, donde se podrá convertir ácido sulfúrico en dióxido de azufre, empleando catalizadores adecuados, y volver al ciclo, transformando la energía térmica en eléctrica.
Utilizando la densidad de potencia del azufre permitirá producir energía eléctrica, lo que sortearía uno de los principales problemas de las energías renovables, que es el almacenamiento para la posterior producción de energía eléctrica.
Lo mejor y más significativo del proceso es que el azufre necesario para todo el proceso proviene del dióxido de azufre, que es un típico agente contaminante producido en actividades humanas, por lo que de completarse la tecnología daríamos un vuelco tecnológico a la relación de la humanidad con nuestro planeta.