Luis García
«Trenes que pasan y no regresan»
Se hace reiterativo insistir en los mantras que desde hace tiempo acechan al sector y corren el riesgo de hacerse viejos. Lo habitual es hablar de ellos como oportunidades y es seguro que es cierto que lo son, pero quizá para que su impacto sea mayor habría que empezar a verlos como amenazas. La semana pasada hubo varias ocasiones para ponerlos de manifiesto de nuevo. En un debate de Grudilec Impulsa III moderado por Instaladores 2.0 se repitió con insistencia una idea: “el instalador debe ser quién decida dónde, en qué lugar del mercado quiere estar”.
En torno a esa frase pueden hacerse varias interpretaciones, pero una de ellas es que el mercado le está demandando a los instaladores respuestas y soluciones a necesidades nuevas, y se lo demanda a ellos porque son quienes mejor situados están para ofrecerlas, pero también deben tener claro que si, finalmente, no están preparados para darlas, el mercado llamará a otra puerta y habrán perdido su ocasión. O dicho de otro modo, están situados en lugar preferente en la estación y el tren está llegando, pero han de cogerlo en marcha y, si no lo hacen, no volverá a pasar y otros se habrán subido a él mientras tanto.
«El mercado le está demandando a los instaladores respuestas y soluciones a necesidades nuevas, y se lo demanda a ellos porque son quienes mejor situados están para ofrecerlas»
Un ejemplo, también de la semana pasada, en concreto oído en Transforming Lighting: “De los 25,4 millones de viviendas que hay en España, menos del 4% tienen calificación energética A, B ó C”. Es decir, más de 24 millones de viviendas tienen pendiente una rehabilitación que les permita ser más eficientes, ahorrar energía o incluso alcanzar la condición de consumo casi nulo. Otro ejemplo: el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima prevé una mejora de la eficiencia energética del 39,6% o que el 74% de la generación eléctrica sea renovable. Para conseguir y ese otros objetivos estima necesarias inversiones de 236.000 millones de euros durante la próxima década. Un tercer y último ejemplo: “Endesa instalará más de 100.000 puntos de carga para coches eléctricos en los próximos cinco años”.
El instalador tiene la oportunidad de decidir en qué lugar del mercado quiere estar. Pero debe entender ese privilegio a la vez como una oportunidad inmejorable gracias a sus conocimientos, a su situación próxima al cliente y a que goza de su confianza, y a la vez también como una amenaza en la medida en que, si su elección es permanecer en el mismo sitio que hasta ahora, otros le pasarán por delante y serán quienes en el futuro se ganen esa confianza.
