La fiscalidad para los vehículos nuevos se verá gravada con una subida del Impuesto de Matriculación, que actualizará los tramos de emisiones con el objetivo de llegar lo más pronto posible a la paridad de precios entre vehículos eléctricos y de combustión. La medida forma parte de las iniciativas que el Gobierno de Pedro Sánchez quiere imponer para incentivar la movilidad eléctrica y hacer frente así a la contaminación urbana, con el objetivo concreto de reducir el uso del vehículo privado en las ciudades hasta un 35%. Se complementará también con políticas en favor del vehículo compartido o el empleo de medios no motorizados.
Esta política está en consonancia con la reforma en la que la Comisión Europea trabaja para adecuar la fiscalidad a los compromisos ambientales que implica el cambio climático y que se basan en una reducción de las emisiones de dióxido de carbono. En la actualidad, el impuesto de matriculación se desarrolla en tramos, de tal modo que están exentos aquellos vehículos que contaminan hasta 120 gr/km de CO2; mientras que los que no llegan a los 160 gr/km están gravados con un 4,75%; aquellos que no llegan a los 200 gr/km, un 9,75%; y un 14,75% para los que superan esa cantidad.
El Gobierno también quiere diseñar un plan informativo sobre el vehículo eléctrico, precios, localización de puntos de recarga, etc., de acuerdo también a las exigencias de las normas europeas. También quiere dotar de fondos programas que fomenten la adquisición de vehículos sin emisiones o impulsar la instalación de puntos de recarga eléctricos en áreas de servicio y centros de trabajo. Ya en el borrador de la Ley de Cambio Climático se contemplaba la obligación de instalar puntos de recarga en más de un millar de gasolineras, una medida que parcialmente ya se ha empezado a aplicar y que algunas compañías energéticas como Repsol están implantando en sus gasolineras.













































