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Asinelte denuncia “el estado de abandono de los equipos de generación eléctrica en Canarias”

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Juan Alberto Gutiérrez, presidente de Asinelte

 “Es vital renovar los equipos de generación eléctrica y mucho más”, así lo denuncia la Asociación de Empresas de Instalaciones Eléctricas y Telecomunicaciones de la provincia tinerfeña, Asinelte, cuyo presidente, Juan Alberto Gutiérrez asegura también que “llevamos años denunciando la situación de abandono de nuestros sistemas en todo su conjunto (generación, transporte y distribución)”.

 

Asinelte está integrada en la Federación del Metal de Tenerife, Femete, y la semana pasada hizo público un comunicado a raíz de la declaración de emergencia energética en Canarias y de la reunión que el pasado jueves mantuvo el presidente del Gobierno Autónomo, Fernando Clavijo, con la ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, para estudiar la urgente renovación de equipos de generación eléctrica.

El presidente de la asociación señala que “no estamos sorprendidos por la situación reconocida, ahora sí, de crisis energética. Llevamos años denunciando el estado de abandono de nuestros sistemas en todo su conjunto (generación, transporte y distribución). Nuestras centrales generadoras están entre las más contaminantes del país. Recordemos que son de ciclo combinado, que al ser ocho sistemas aislados son frágiles ya de por sí”, afirma.

 

Redes obsoletas y faltan infraestructuras

Gutiérrez denuncia la “poca o nula inversión, reiterada año tras año por más de tres décadas”, y asegura que “los medios tecnológicos de los que nos rodeamos están todos conectados y electrificados por unas redes obsoletas en su conjunto. En los últimos años, con crecimiento exponencial estamos adquiriendo vehículos eléctricos. Estos necesitan estaciones de recarga rápidos y ultrarrápidos donde se instalan. Sin embargo, no disponemos de potencia para su puesta en marcha definitiva. También instalamos plantas generadoras de energía tanto a nivel industrial como a nivel doméstico para tener una energía limpia democratizada y distribuida, pero al final entran en el embudo de nuestras infraestructuras deficitarias”, concluye.

También demanda “voluntad e implicación política de primer orden al más alto nivel y bidireccional entre los gobiernos central y autonómico”, y añade que la inversión económica para cambiar las centrales generadoras, las redes de transporte, las líneas de distribución, etc, “solucionaría solo una parte del problema (el que todos hablan estos días). Ahora bien, nadie habla de que tenemos la concesión de estos servicios a una empresa privada con el 100 % de su mentalidad funcionando en modo monopolio anclada en el tiempo también cuarenta años atrás”.

Por eso añade a sus denuncias que “no hay manera de sacar en tiempo y forma expedientes de puesta en marcha, solicitudes de puntos de suministro demorados injustamente para los promotores que han puesto todos sus ahorros en pro de ideas para generar economía y puestos de trabajo. Ilusiones tiradas por los suelos solo por el mero hecho de toparse en su camino con un empleado empoderado de Endesa, con las administraciones públicas mirando para otro lado, sin capacidad para supervisar, agilizar o sancionar”. Y culmina su descripción de la situación concluyendo que “no nos sorprendemos de nada. Quizás la única sorpresa para nosotros en todo este tema sea precisamente el que alguien haga algo”.