Formación
El alumnado de la Formación Profesional crece más de un 28 % en los últimos 5 años
Aunque el problema de la escasez de personal cualificado en el sector de material eléctrico y, especialmente, en el ámbito de las instalaciones resulta cada vez más preocupantes, también hay algunos datos que invitan a un moderado optimismo de cara al futuro. Uno de ellos es que la Formación Profesional cuenta cada día con más adeptos entre los jóvenes españoles, en concreto un estudio estadístico reciente asegura que su número ha crecido un 28,7 % en los últimos cinco años.
No obstante, para optar a ciertos puestos dentro de cada industria es necesario tener un título universitario, ya sea por los conocimientos técnicos que se atribuyen a este tipo de carreras como a la hora de formar y gestionar grandes equipos de trabajadores. Así ocurre en el ámbito de la construcción y en algunos sectores anexos a ella, como la instalación. Durante la pandemia y la ralentización o paralización de la actividad en muchos sectores, la formación y la contratación quedaron en un segundo plano. Según datos de la plataforma Nalanda, en 2022 se ofertaron 18.696 obras a través de su plataforma, manteniendo unas cifras positivas que representan un 5,5 % más que el año anterior. Otra señal del crecimiento del sector es el número de trabajadores por obra que, según esta misma plataforma, aumentó en un 25 %, pasando de una media de 66 personas a una de 82.
La formación continua es esencial para ofrecer un servicio de calidad y de cara a adquirir conocimientos, habilidades y experiencias necesarias para poder alcanzar un desarrollo óptimo de trabajo. Entre las iniciativas que se pueden llevar a cabo en este sentido destaca la colaboración con institutos de formación para llevar a cabo la formación profesional, no sólo en las aulas, sino también en los propios centros de trabajo; programas de desarrollo para puestos de capacitación en obras o instalaciones, con el objetivo de obtener el máximo rendimiento de cada persona; convenios de colaboración con centros universitarios; acciones de formación técnica con departamentos específicos; formaciones dirigidas a dar a conocer los procedimientos internos de la empresa y los programas de gestión, o formación de liderazgo para el desarrollo de las llamadas competencias “soft”, actitudes y cualidades que permiten a las personas desempeñarse bien en su entorno.
