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Economía

Cepyme alerta de que la reforma concursal ofrece nuevas herramientas a las pymes sobreendeudadas

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Cepyme alerta de que la reforma concursal ofrece nuevas herramientas a las pymes sobreendeudadas

La Reforma de la Ley Concursal brinda nuevas herramientas a las pymes y microempresas para sortear la liquidación. Así lo puso manifiesto la Confederación recientemente en una jornada celebrada en Madrid en torno al título “¿Cómo afecta la Reforma Concursal a las pymes españolas?”, y que está disponible al completo en el siguiente enlace.

 

En la jornada se abordaron cuestiones técnicas de la Ley 16/2022, de 5 de septiembre, de Reforma de la Ley Concursal, con el fin de acercar los nuevos mecanismos que brinda a las pymes y, de este modo, ayudar a las pequeñas y medianas empresas a evitar un indeseado concurso de acreedores. Desde la propia Cepyme afirman que “aunque es prematuro valorar la virtualidad de la reforma concursal para lograr metas como la reducción de los procesos que acaban en liquidación, lo cierto es que la nueva normativa moderniza el sistema anteriormente vigente y arbitra cauces que permiten desjudicializar el procedimiento, lo cual a priori anuncia una
merma de los costes que soportarán las empresas en comparación con el marco legal anterior”.

También lamentan que haya llegado con retraso y que “España haya sido uno de los países de la UE más rezagados en la homogeneización del marco concursal con el entorno europeo, máxime teniendo en cuenta el impacto en el engrosamiento de la deuda de las pymes españolas que depararon las restricciones decretadas a comienzos de la pandemia”. Igualmente consideran que la Plataforma Concursal del Ministerio de Justicia incurre en problemas “que deberían ser subsanados en el menor tiempo posible”.

Las pymes españolas han padecido desde marzo de 2020 un entorno normativo cambiante y, aunque recibieron 130.000 millones de euros en créditos avalados por el ICO, ese alivio fue transitorio y ahora deben acometer devoluciones justo cuando los costes laborales y la inflación crecen con intensidad. Del mismo modo, la moratoria concursal supuso un alivio temporal para las pymes, pero según el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, tuvo un “efecto colateral” porque muchas empresas continuaron su funcionamiento a pesar de atravesar una situación crítica.

En la jornada, el magistrado y especialista en Derecho Mercantil, Andrés Sánchez Magro, precisó que el marco legal anterior provocaba que alrededor del 99 % de los concursos acabaran en liquidación, lo que ahora se espera que pueda cambiar con el nuevo marco normativo. Según las últimas estadísticas de la Confederación, el número de concursos de acreedores se incrementó un 86 % en el cuarto trimestre de 2022 con respecto al mismo periodo del año anterior. Del total de 5.544 concursos registrados en el cuarto trimestre de 2022, 4.407 lo fueron de personas físicas y 1.137, de empresas. El número de pymes concursadas subió un 23,6 % interanual en ese mismo cuarto trimestre del pasado año, hasta llegar a los 931 concursos en ese periodo final de 2022.

 

El plan de reestructuración, una oportunidad para las pymes endeudadas

La nueva Ley Concursal busca ofrecer al empresario una herramienta para poder estar preparado y anticiparse a una posible situación de insolvencia, trabajar mediante un Plan de Reestructuración, en la toma de medidas que eviten llegar al concurso de acreedores. Con ello se puede conseguir “una suerte de muro de contención, que evite el concurso, además de incluir una serie de ventajas para la empresa respecto al marco previo”.

Durante la jornada se analizó el tratamiento de la deuda en el nuevo contexto legal, así como las vías de optimización de recursos para efectuar reestructuraciones operativas y financieras de forma que la adquisición de unidades productivas (UPAs) se convierta en una vía para la supervivencia empresarial. También se interpretó el procedimiento abreviado marcado por la nueva ley para las empresas más pequeñas, de las más vapuleadas por la crisis sanitaria, el alza del salario mínimo interprofesional (SMI) y la inflación