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Energía

Claves de las últimas variaciones de tensión del sistema eléctrico, según la CNMC, que admite que las medidas para paliarlas pueden gravar a los consumidores

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Factores que determinan las últimas variaciones de tensión del sistema eléctrico, según la CNMC, que reconoce que pueden tener un coste para los consumidores

El pasado miércoles 9, Red Eléctrica puso la alerta sobre nuevas “variaciones bruscas de tensión en el sistema eléctrico” en las últimas dos semanas, y solicitó a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia cambios en los procedimientos de operación del sistema al detectar riesgo que podrían llevar a un nuevo apagón, como el producido el pasado 28 de abril. En el escrito que dirigió a la CNMC ese mismo día ponía en énfasis en la variación de determinados procedimientos para mitigar las variaciones bruscas de tensión, que Red Eléctrica relaciona, en particular, con “la generación renovable, así como con el tiempo de respuesta de la generación proveedora de control dinámico de tensión”.

 

Las modificaciones afectan en concreto a cuatro procedimientos de operación para controlar la tensión de la red y aumentar la seguridad en el sistema eléctrico: un proceso de programación, otro de restricciones técnicas, un tercero de regulación secundaria y, finalmente, otro de servicio complementario de control de tensión de la red de transporte. En el trámite de audiencia iniciado por la CNMC para modificar esos cuatro procedimientos se detallan varias consideraciones acerca de la necesidad de llevarlos a cabo.

La CNMC valora que las variaciones de tensión registradas, según la información facilitada por Red Eléctrica, “aun estando siempre las tensiones dentro de los márgenes establecidos, potencialmente pueden desencadenar desconexiones de demanda y/o generación que terminen desestabilizando el sistema eléctrico”, y añade también que, “la evolución que ha tenido el sistema en los últimos años ha provocado que ahora comiencen a aparecer estas dinámicas”. Y lo achaca a los siguientes factores, como los más relevantes:

 

  • Crecimiento significativo de instalaciones conectadas mediante electrónica de potencia al sistema y elevada concentración en determinados puntos de éste. Estas instalaciones pueden modificar su potencia en muy pocos segundos, prácticamente en «escalón».
  • La participación activa de estas tecnologías en los diferentes segmentos de mercado hace que se incremente la probabilidad de que se produzcan variaciones de su producción cada vez mayores.
  • Estas tecnologías no regulan tensión de manera continua.
  • Se observa que una parte de los grupos conectados que cuentan con control continuo de tensión no disponen de la rapidez de respuesta que el sistema precisa ante las dinámicas de variación de los parámetros que se están registrando en los últimos días.
  • Al igual que se ha producido un incremento muy fuerte de las instalaciones de gran tamaño conectadas al sistema, se ha producido también un fuerte crecimiento de las instalaciones de pequeña potencia conectadas en tensiones bajas, buena parte de ellas asociadas al autoconsumo. El operador del sistema no tiene observabilidad de estas instalaciones, por lo que no puede anticipar su comportamiento.
  • Además, el aumento del autoconsumo en distribución ha provocado que la demanda neta en transporte sea mucho menor cuando hay un elevado recurso solar. Esto hace que se descarguen las redes de transporte, llevando al sistema a un punto de funcionamiento donde variaciones de potencia activa tienen un impacto cada vez mayor en la variabilidad de las variables del sistema, la más importante, la tensión de la red.

 

 

Trámite urgente de las medidas, que tendrán «un carácter excepcional y temporal»

La conclusión final es que estas variaciones rápidas de tensión en los últimos días, ocurridas en periodos de bajas demandas, alto recurso solar y una respuesta lenta de la generación que tiene un control continuo de la tensión, hace necesaria la toma de medidas, que la CNMC procede a tramitar de manera urgente, por lo que el plazo de audiencia e información pública se reduce a cinco días.

Además, Competencia señala que las medidas solicitadas podrían tener un impacto significativo sobre los servicios “y resultar en un incremento del coste soportado por la demanda”. Por ello considera que “deben tener un carácter excepcional y temporal, a esperas de poder llevar a cabo un análisis más profundo de las causas y soluciones para resolver las variaciones de tensión registradas”. Pero señala también que “su aplicación podrá ser prorrogada en caso de constatarse la persistencia de la necesidad y teniendo en consideración el impacto observado sobre los mercados y servicios”. En principio, el período establecido para su aplicación es “de treinta días naturales, prorrogable a petición del operador del sistema por periodos adicionales de como máximo quince días naturales”.

No obstante, la propia Red Eléctrica salió al paso de la alarma generada por su comunicación del miércoles y al día siguiente hizo pública una nota en la que quería lanzar “un mensaje de tranquilidad”, negaba haber hablado “de riesgo de apagón ni inminente ni generalizado”, y añadió que “hemos observado recientemente variaciones de tensión que deben evitarse pero que no han supuesto riesgo de suministro”, y concluyen que han actuado, “como siempre, proponiendo en los últimos días las medidas que consideramos necesarias para reforzar la robustez del sistema eléctrico”.