Energías renovables

Resumen de la tipología, los requisitos y las ayudas que existen para el autoconsumo colectivo

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Una de las claves para que el autoconsumo mantenga los niveles de 2023 y pueda acercarse a las cifras extraordinarias de 2022 tiene que ver con el despegue de las instalaciones en las comunidades de vecinos. Con dos tercios de la población española residiendo en edificios comunitarios, la cifra más alta de toda la Unión Europea, la incorporación en ellos del autoconsumo resulta decisiva para la evolución del sector. Ahora, la firma Samara ha recopilado la tipología de estas instalaciones, los requisitos para llevarlas a cabo y las ayudas que existen para abaratar su coste.  

 

Entre esos dos últimos años, casi 330.000 instalaciones domésticas de autoconsumo han poblado los tejados españoles, según los datos de APPA Renovables. En el último tramo del año, el sector percibió un incremento de la demanda de instalaciones en comunidades de vecinos y cada vez hay más interés por parte de los ciudadanos en obtener más información sobre las alternativas.

 

¿Qué tipo de instalaciones se pueden realizar en comunidades de vecinos?

Se considera que comprender las posibilidades y vías existentes para compartir el tejado con los vecinos es una de las grandes barreras al autoconsumo colectivo. Los diferentes tipos se distinguen en función de los suministros que cubren:

  • Instalaciones colectivas para compartir la producción: los vecinos efectúan una única instalación y se reparten la energía producida.
  • Instalaciones que cubren el consumo eléctrico del edificio (sus zonas comunes; ascensor, escalera, garaje etc).
  • Instalaciones individuales que cubren el consumo de una vivienda privada: la energía producida cubre el gasto que realiza el vecino en su propia vivienda y que es el propietario de la instalación. En una comunidad se puede acordar que cada uno de los vecinos realice su propia instalación individual.
  • Combinaciones de las anteriores: si es posible a nivel logístico y de espacio, se puede realizar una instalación de autoconsumo colectivo para, por ejemplo, dar servicio a los vecinos y también a las zonas comunes.

 

Las instalaciones comunitarias requieren de conocimientos distintos y específicos, de modo que las empresas ofrecen servicios para dar información a los vecinos, gestionar los trámites y acuerdos necesarios para la instalación y vigilar la puesta en marcha de la misma.

Resumen de la tipología, los requisitos y las ayudas que existen para el autoconsumo colectivo

«La tipología de las instalaciones de autoconsumo colectivo se distingue en función de los suministros que cubre»

 

 

Todos los detalles de las aprobaciones que se requieren

Otra dificultad viene con la necesidad de contar con la aprobación comunitaria. Ahora mismo, no hace falta que exista unanimidad entre los vecinos para la instalación de autoconsumo comunitario, aunque las normas de aprobación son distintas en función de la naturaleza de la instalación que se quiera llevar a cabo. Para las instalaciones que cubran zonas comunes es necesario:

  • El voto favorable de la mayoría simple de los propietarios, siempre que el coste de la instalación repercutido anualmente no supere la cuantía de 12 mensualidades ordinarias de gastos comunes. El coste se calcula una vez descontadas las subvenciones o ayudas públicas.
  • Además, se cuentan como votos a favor los de los propietarios ausentes en junta que han sido informados tras la decisión y no se han opuesto en un plazo de un mes.

En el caso de instalaciones de autoconsumo colectivo, en las que los vecinos se benefician de una única instalación para su consumo, se requiere:

  • El voto favorable de un tercio de los integrantes de la comunidad. Los gastos de conservación y mantenimiento de la nueva infraestructura tendrán la consideración de elemento común y deberán ser soportados por los vecinos participantes de la instalación. Cualquier aspecto de la instalación de autoconsumo que no esté regulado explícitamente debe contar con aprobación de la junta de propietarios.

 

Para instalaciones individuales de uso privativo e individual también es necesario el voto favorable de un tercio de los integrantes de la comunidad.

«Ahora mismo, no hace falta que exista unanimidad entre los vecinos para la instalación de autoconsumo comunitario, aunque las normas de aprobación son distintas en función de la naturaleza de la instalación que se quiera llevar a cabo»

 

 

Qué ayudas e incentivos a la instalación existen en la actualidad

Durante todo el presente 2024, los ciudadanos que se decidan a instalar podrán optar a diversas ayudas e incentivos, también en instalaciones colectivas:

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  • Bonificación del IBI y reducción del ICIO. Lo aplican miles de ayuntamientos, aunque con variaciones en tiempo y cantidad.
  • Deducción del 60 % IRPF por rehabilitación energética del edificio. Aquellos edificios completos que prueben la reducción del consumo de energía primaria no renovable en un 30 % o más, o bien haber conseguido una clase energética »A» o »B’, obtendrán una deducción del 60 % de IRPF al hacer la declaración de la renta el año que viene.
  • Deducción del 40 % de IRPF en viviendas privadas. Si no se puede optar a la ayuda como edificio en conjunto, existe la posibilidad de conseguir una deducción del 40 % a nivel privado. Esto ocurre cuando, al igual que en el anterior caso, gracias a la instalación nuestra vivienda reduce en al menos un 30 % el indicador de consumo de energía no renovable o se consigue una mejora de la calificación energética de la vivienda para obtener una clase energética «A» o «B».
  • Otras ayudas regionales. Existen varios programas autonómicos que promocionan la transición energética a través del autoconsumo: Ecovivienda en Andalucía o Ecohabitatge en Cataluña son dos de ellos. Además, la Comunidad de Murcia ofrece una deducción extra del IRPF a la nacional del 10 %.

 

El autoconsumo permite un ahorro medio anual de 851 euros en la factura de la luz y la amortización en 6,5 años, según el “Barómetro: Radiografía del autoconsumo doméstico español en 2023”. Mientras tanto, los paneles solares cuentan con una vida media útil aproximada de 25 años.

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