Energías renovables
Las comunidades energéticas en España, un potencial por explotar
El necesario proceso de descarbonización de la vivienda enmarcado en la transición energética conlleva cambios en la manera de concebir la energía y sus usos. En este sentido, las comunidades energéticas se posicionan como una manera sostenible de integrar el autoconsumo fotovoltaico de una manera colectiva. Desde Oreve, Observatorio de la Rehabilitación Eléctrica de la Vivienda en España, destacan su relevancia y cita el caso de un ejemplo paradigmático.
Las comunidades energéticas son asociaciones de consumidores que optan por colaborar en la generación, consumo, almacenamiento y venta de energía renovable dentro de una localidad o comunidad geográfica. Representan un modelo innovador en la generación renovable y cobran especial relevancia en el ámbito residencial. El IDAE tiene registradas 394 comunidades energéticas en España, de las que 308 están vinculadas a la generación, distribución para autoconsumo y almacenaje de energía, 291 a proyectos de generación fotovoltaica y 5 a térmicas. Del total de estas, el 7 % corresponde a viviendas unifamiliares, mientras que el 2 % lo hace a empresas, por lo que el potencial de implantación en nuestro país es muy alto.
La Comunidad solar de Rivas Vaciamadrid y las trabas burocráticas
LaPabloRenovable es la mayor comunidad solar de España. Se trata de un proyecto en un barrio del municipio Rivas Vaciamadrid (Madrid) que conecta 10 comunidades de propietarios, 512 viviendas y más de 1.500 personas, con casi 1.900 placas fotovoltaicas sobre tejado en 43 instalaciones de autoconsumo colectivo. Arrancó en 2021 con el estudio, formación y divulgación del proyecto, así como con la implantación de acciones de ahorro y eficiencia energética. La ejecución de las obras de instalación, en las que se aprovecharon las cubiertas de decenas de bloques correspondiendo a 10 comunidades de propietarios, finalizó en octubre de 2023, con el resultado de una potencia instalada final de 864,9 kW. Iniciativas como ésta suponen un paso adelante hacia un paradigma energético más sostenible, así como la voluntad ciudadana de participar en el proceso de descarbonización de la vivienda. Sin embargo, no está exenta de encontrarse con diferentes trabas.

Entre los desafíos y barreras que dificultan su funcionamiento uno de los mayores ha sido la lentitud de los trámites de las comercializadoras de los diferentes miembros de la comunidad. Para realizar el cambio hacia el modelo de energía de las comunidades energéticas, los contratos existentes, en el caso de cada vecino, deben ser modificados a contratos de autoconsumo con Compensación Simplificada de Excedentes (CSE). Se trata de un mecanismo de incentivación para la producción de energía renovable que permite a los productores autónomos de energía solar recibir una compensación por los excedentes de energía generados y no consumidos. El problema es que varios años después del inicio del proyecto, más de la mitad de las viviendas todavía no disfrutan de sus instalaciones solares de autoconsumo.