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Energías renovables

El primer proyecto de generación urbana colectiva tiene lugar en la localidad catalana de Mataró

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El primer proyecto de generación urbana colectiva tiene lugar en la localidad catalana de Mataró

La firma Som Energía ha desarrollado en Mataró el primer GURB, un servicio que facilitará el acceso a la energía producida localmente a personas y entidades que no disponen de placas solares. Lo previsto es que el proyecto pueda abastecer de energía fotovoltaica entre 100 y 200 viviendas de la localidad barcelonesa.

 

Este servicio permitirá disfrutar de autoconsumo a aquellas personas que no tienen instalación fotovoltaica, circunstancia muy común en los habitantes de bloques de pisos o también para quienes viven de alquiler o no cuentan con suficientes recursos para hacer frente a la inversión inicial que supone instalar placas. El autoconsumo colectivo permite a diferentes usuarias compartir la producción de energía de una única instalación, de forma que resulta clave para implantar energía solar fotovoltaica (renovable y de proximidad) a más viviendas, aprovechando al máximo la electricidad generada por las cubiertas disponibles, especialmente en el ámbito urbano.

¿Cómo funciona GURB, proyecto de generación urbana colectiva?

Para crear este servicio, Som Energia ha construido una instalación fotovoltaica de 750 metros cuadrados en la cubierta de un edificio del barrio del Escorxador. Se trata de una instalación de 100 kW de potencia, que permitirá generar energía verde y distribuirla entre las personas y entidades de la cooperativa que estén dentro de un radio de 2 kilómetros y tengan un contrato de electricidad con la cooperativa. La empresa comercializadora es la titular de la instalación y se encarga de su gestión y del mantenimiento durante toda su vida útil.

Del proyecto de generación urbana colectiva pueden formar parte los habitantes que viven dentro del perímetro citado más arriba, siempre que no dispongan de ninguna otra tipología de autoconsumo instalada. Para hacerlo, tendrán que hacer un pago inicial en concepto de coste de adhesión y periódicamente abonarán una cuota de servicio en función de la potencia de autoproducción que se adquiera (que puede ser de 0,5 kW o 1 kW). Las personas y entidades adheridas podrán empezar a disfrutar del servicio a partir de octubre de 2024.

La compañía tiene como objetivo ampliar este tipo de iniciativa en otras ubicaciones. Para ello necesita cubiertas de como mínimo 700 metros cuadrados, con buena orientación y en un emplazamiento urbano. Som Energia, a través de una de sus filiales, ofrece a la propiedad un contrato de derecho de superficie con una duración aproximada de 30 años y también se compromete a desmantelar la instalación una vez concluido el periodo del contrato. A cambio de la ocupación de la cubierta, la empresa ofrece una compensación económica con una remuneración anual en concepto de cesión del espacio. Además, la propiedad puede escoger participar en el autoconsumo colectivo asociado a la instalación y recibir parte de la energía generada.