Eficiencia Energética
Cinco tendencias para 2025 en el ámbito de la edificación, vinculadas a la eficiencia energética
El aumento de los tipos de interés y los costes de construcción ha frenado los proyectos de transición energética en Europa, pero el elevado precio de la energía que se prevé para 2025 va a impulsar a los propietarios a reconsiderar cómo reducir los costes. De este modo, la transición energética ganará protagonismo en nuevos proyectos de construcción y renovación, con prioridad para las tecnologías y productos que equilibren tiempo de instalación, costes iniciales, comodidad y rentabilidad. Un informe de la compañía Eaton hace acopio de las cinco tendencias predominantes que deberán tener en cuenta los propietarios y promotores de edificios en 2025:
- La energía solar cobrará un gran protagonismo por todo su potencial. La generación de energía solar sigue ganando popularidad, a la vez que le acompañan el creciente interés por el uso de baterías en los edificios para maximizar los beneficios de esa generación de energía propia y las llamativas tarifas valle que ofrecen algunas compañías energética. A medida que los gobiernos europeos buscan alternativas asequibles y fiables a los combustibles fósiles, las energías renovables se convierten en una opción natural y son una de esas cinco tendencias para 2025. La adopción de la energía solar en los edificios aumenta la seguridad energética nacional, reduce los costes de la energía y las emisiones de carbono, y estimula el crecimiento económico al crear puestos de trabajo en la industria de las energías renovables. Otro estímulo son las subvenciones que en varios de esos países se ofrecen para ayudar a propietarios y empresas a invertir en energía solar.
- Tiempos de instalación mínimos gracias a los nuevos productos del mercado. La escasez de mano de obra cualificada ha obligado a los fabricantes a dar prioridad al diseño de productos rápidos y fáciles de usar. Los instaladores prefieren productos prefabricados, modulares y escalables para ofrecer a sus clientes soluciones de transición energética con mayor rapidez. Los fabricantes también apoyan la mejora de las cualificaciones aprovechando al máximo los programas de asociación y la formación sobre productos. Además, la sobrecarga de la red en algunos países también está provocando un aumento del interés por las tecnologías de transición energética.
- La tecnología de las baterías evolucionará. Tradicionalmente, las compañías de seguros han asignado una clasificación de riesgo a los sistemas de almacenamiento de energía en baterías instalados en edificios, lo que ha incrementado el precio de las primas y ha ayudado a que sea una tecnología sea poco atractiva, especialmente para los propietarios de viviendas. Sin embargo, a medida que aparecen y se generaliza el uso de baterías más nuevas y seguras, como las de litio ferrofosfato, esas calificaciones resultan más obsoletas y las primas se reducen. Se trata de modelos que no se calientan con facilidad, lo que las hace seguras para uso doméstico. Su popularidad se incrementa porque los propietarios de edificios entienden mejor sus ventajas.
- Aumentará el rendimiento de la inversión en tecnología de transición energética. La innovación de las baterías está abaratando el coste del almacenamiento de energía en los edificios. El ahorro inmediato por adelantado es evidente y los propietarios de edificios admiten que una inversión en la transición energética es beneficiosa para proteger y mejorar el valor de las propiedades. Invertir en infraestructura de recarga para vehículos eléctricos (VE), por ejemplo, permitirá a los propietarios de edificios comerciales preservar el valor de sus propiedades, respondiendo al creciente interés de los visitantes por contar con opciones de recarga.
- El auge de los sistemas de gestión energética de edificios para combatir las elevadas tarifas. La medición inteligente es fundamental para aprovechar al máximo las tarifas energéticas dinámicas. Para un particular, esto puede ser tan sencillo como aprovechar los periodos nocturnos de menor consumo, pero los propietarios de edificios comerciales deben adoptar un enfoque mucho más estructurado para sacar el máximo partido de las tarifas dinámicas. Por ello, los sistemas de gestión energética de edificios se están convirtiendo rápidamente en una tecnología vital en las grandes infraestructuras. Sensores repartidos por todo el edificio que controlan datos como la ganancia de calor y el número de ocupantes, junto con métricas sobre el rendimiento de activos como paneles solares y baterías de almacenamiento de energía, además de información externa sobre las condiciones meteorológicas: todo esto se reúne en un sistema de gestión energética. El resultado es un modelo excelente para predecir el consumo de energía y, por tanto, ideal para optimizar las tarifas energéticas más baratas disponibles.