El informe elaborado por Boston Consulting Group que lleva por título “Transición hacia el vehículo eléctrico. Observatorio del empleo: Estudio y análisis de la evolución del empleo en el ecosistema industrial de la movilidad eléctrica en España”, fue presentado la semana pasada en Madrid, de la mano de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica. En él se analiza cómo la sustitución del motor de combustión por un motor eléctrico afectará al empleo en España, fijando como horizonte el año 2030.

 

La principal conclusión es que la industria se beneficiará del desarrollo del vehículo eléctrico, ya que habrá un trasvase de mano de obra desde el sector tradicional del automóvil hacia industrias relacionadas con la energía y las infraestructuras de recarga. Para llevar a cabo el estudio se han tenido en cuenta 26 actividades industriales y 31 familias de trabajo relacionadas con el desarrollo del vehículo eléctrico, tanto las industrias tradicionales de automoción (fabricantes de equipos originales, proveedores y post-venta), como las industrias anexas (proveedores de máquinas productivas, de infraestructuras de recarga y productores de energía), así como seis grandes tendencias que se dan en la industria de la automoción.

El análisis concluye que ese trasvase laboral mencionado ayudará a compensar los efectos negativos de tendencias como la pérdida de volumen de producción, de la productividad y, sobre todo, de la deslocalización. Pero para lograrlo, es fundamental impulsar aún más el desarrollo del vehículo eléctrico para poder influir de forma positiva en incrementar el volumen de producción, captando más modelos de coches y otros vehículos eléctricos para las fábricas españolas.

Un informe analiza cómo impactará la transición hacia el vehículo eléctrico en el empleo de la automoción

165.000 puestos de trabajo necesitarán cualificación específica

También señala la necesidad de “un plan de formación que permita adecuar a los trabajadores a las nuevas necesidades de la industria”, porque se estima que, en total, 165.000 puestos de trabajo necesitarán cualificación específica. Además será necesario desarrollar una cadena de valor completa de la batería de propulsión en nuestro país. Actualmente no contamos con ninguna planta de fabricación a escala industrial, las llamadas gigafactorías. Según el informe, “el impacto de producir o no toda la cadena de valor de la batería tiene una repercusión en el empleo muy elevada. Concretamente, 8.000 puestos de trabajo están en juego. Asimismo valora la “situación privilegiada” con la que España cuenta para lograr ese ciclo de fabricación completo, gracias a materias primas, como los yacimientos de tierras raras en Ciudad Real, Pontevedra o en Extremadura.

Impulsar la industrialización de la reutilización y reciclaje de baterías sería otra de las cuestiones pendientes. O también facilitar el despliegue de la infraestructura de recarga de los vehículos eléctricos, lo que se traduciría en una creación de 17.000 empleos en este sector de actividad, al margen de su fabricación. El informe valora que la pérdida de empleo, que cifra en 29.000, por la caducidad del vehículo de combustión, del que exportamos más del 80 % de nuestra producción, podría verse paliada por la apuesta por el vehículo eléctrico.

 

6 Grandes tendencias que influyen en el sector

Las 6 tendencias que el informe de Boston Consulting Group analiza como de potencial influencia en el sector son las siguientes:

  1. Respecto al volumen de ventas del mercado se prevé que se mantenga constante en 1,5 millones de automóviles. Por lo que el parque automovilístico español sólo aumentaría un 1,1 % anual durante los próximos diez años, lo que significa 32 millones de automóviles matriculados en 2030, frente a los 28 millones actuales en 2020.
  2. El desarrollo tecnológico se verá afectado por tendencias como la conducción autónoma, una mayor conectividad y la migración de lo analógico a lo digital, de tal modo que se demandarán más ingenieros de software en la industria, lo que supondrá un aumento de 2.000 puestos de trabajo.
  3. En la evolución del empleo se verá afectado también por dos aspectos: una proporción creciente de automóviles de gama media o premium aumenta el contenido medio por automóvil fabricado; y, además, ningún fabricante europeo aumentará su número de plataformas para fabricar los vehículos en los próximos diez años, lo que dará lugar a una demanda estable de ingenieros de I+D asociados a ellas.
  4. Se espera que la digitalización y la automatización promuevan un aumento constante de la productividad durante los próximos diez años, aproximadamente, un 0,4 % al año, lo que influye negativamente en la mano de obra, especialmente en la menos cualificada. Se prevé que provoque una disminución de 4.000 trabajadores.
  5. La deslocalización es una tendencia habitual, en el caso de España hacia otros países europeos, lo que supone una pérdida media de 1,5 % puestos de trabajo al año.
  6. Por último, la propia transición hacia el vehículo eléctrico. En 2020, alrededor del 92 % de los vehículos producidos en España estaba equipado exclusivamente con un motor de combustión. En 2030 sólo serán el 2 %, mientras que el volumen de vehículos eléctricos de batería (BEV) y de vehículos híbridos enchufables (PHEV) será de alrededor del 68 %. El 30% restante serán vehículos eléctricos híbridos (HEV). La transición hacia los vehículos electrificados consigue contrarrestar las pérdidas en el sector de la automoción gracias a los puestos de trabajo generados en baterías e infraestructuras de recarga.