Energía
¿Cuáles son las tendencias energéticas que marcarán el sector de los servicios públicos en 2025?
Un análisis llevado a cabo por la compañía Eaton recopila los principales temas que configurarán el sector de la energía en los servicios públicos en 2025. Así, entre las tendencias energéticas, destaca un avance más rápido hacia la descarbonización, un enfoque en la modernización de la red, y una transformación digital continua para construir sistemas energéticos más adaptables y seguros.
Mayor compromiso con la sostenibilidad y adaptación a la normativa libre del gas SF6
Aunque desde hace años el sector de los servicios públicos trabaja en favor de la descarbonización, a medida que las empresas se vean presionadas para cumplir objetivos de sostenibilidad estrictos este factor se verá impulsado por su propia iniciativa o por la regulación, por lo que se prevé que aumente la cuota de energías renovables en sus carteras, entre las principales tendencias energéticas.
Uno de esos cambios regulatorios que ayudan a la transformación será el Reglamento revisado sobre gases fluorados de la UE, que entrará en vigor en enero de 2026 y prohibirá el uso de hexafluoruro de azufre (SF6) en todas las nuevas instalaciones de conmutación de media tensión de hasta 24 kV. La industria energética es responsable de una gran proporción de las emisiones mundiales de SF6. En Europa, la nueva normativa cambiará esa situación y es probable que algunas empresas de servicios públicos de fuera de la UE opten por beneficiarse de la mayor disponibilidad de alternativas sin SF6, aunque sólo sea para aprovechar la eficacia demostrada y otras ventajas de los equipos de conmutación sin SF6, como los bajos requisitos de mantenimiento.
Necesidad de modernizar la red a través de importantes inversiones
La electrificación está impulsando un crecimiento sin precedentes de la demanda de electricidad. El objetivo de cero emisiones netas de la ONU para 2050 obliga a introducir políticas diseñadas para fomentar la reducción de emisiones, a menudo mediante la adopción de energías renovables. Esto significa que está aumentando el despliegue de tecnologías como las bombas de calor geotérmicas y aerotérmicas y los vehículos eléctricos con infraestructura de recarga inteligente.
Estas iniciativas, junto con el aumento exponencial de los centros de datos de alto consumo energético para dar servicio a la industria de la IA, están ejerciendo una inmensa presión sobre las redes. Los servicios públicos deben abordar la saturación de la red, la inestabilidad del voltaje y los retos que plantea el deterioro de las infraestructuras si quieren tener alguna posibilidad de responder eficazmente a esta espiral ascendente de la demanda. En lo que queda de década habrá que tomar grandes decisiones y adoptar decisiones difíciles.
La modernización de la red incluye la necesidad de inversiones específicas para apoyar la integración de los recursos energéticos distribuidos (DER), la automatización avanzada, así como una variedad de soluciones de almacenamiento de energía o herramientas avanzadas de análisis.
La transformación digital pasará de ser una aspiración a una necesidad
Tecnologías como los gemelos digitales y el edge computing permiten a las empresas de servicios públicos optimizar las operaciones, reducir el tiempo de inactividad y gestionar mejor los activos en tiempo real, de manera que cada serán más importantes, entre las tendencias energéticas. Además, la ciberseguridad seguirá siendo una pieza clave de la estrategia digital en el sector, ya que la creciente dependencia de las herramientas digitales y el modus operandi de la generación descentralizada de energía aumentan el riesgo de ciberataques. A medida que las empresas de servicios públicos adoptan una mayor conectividad a través de redes inteligentes y dispositivos habilitados para IoT, deben mantener sus acuerdos de ciberseguridad en constante revisión, trabajando en conjunto con sus proveedores y socios tecnológicos para mantenerse un paso por delante de los actores maliciosos.
Sin embargo, mediante la implementación de marcos de seguridad sólidos, estas empresas pueden proteger las infraestructuras donde la vigilancia constante será esencia. La integración continua de herramientas basadas en IA y plataformas basadas en la nube en las operaciones de las empresas eléctricas mejorará aún más la adaptabilidad, flexibilidad y eficiencia de la red a finales de la década de 2020 y más allá.