Energías renovables
En qué provincias españolas se desaprovecha más energía renovable
“Reforzar las redes eléctricas permitirá aprovechar el triple de energía renovable en España de aquí a 2030”, esta es una de las principales conclusiones a nivel local del informe “The State of European Power Grids: A Meta-Analysis”, impulsado por Hitachi Energy, en el que se señala también que Europa debería invertir entre 81.000 y 113.000 millones de euros al año en redes eléctricas. El estudio muestra que, en España, la demanda eléctrica se concentra principalmente en Madrid y las regiones costeras, mientras que la mayoría de los recursos renovables –grandes parques solares y eólicos– se sitúan en provincias y zonas periféricas con menor consumo local. Se trata de un desajuste geográfico entre unas provincias y otras que, unido a la limitada capacidad de transmisión y retrasos en la puesta en servicio de nuevas líneas, genera cuellos de botella en la red y obliga a limitar la producción renovable que podría estar abasteciendo el sistema.
En 2024, las provincias españolas en las que se desaprovechó mayor cantidad de energía renovable fueron Badajoz y Ciudad Real, seguidas de Zaragoza, Soria y Lugo. Así se desprende de este informe, que señala igualmente que España es uno de los países europeos más afectados por la congestión de la red eléctrica. Según el informe y desarrollado por la firma global de análisis del mercado energético Aurora Energy Research, en 2025 se dejarán de aprovechar 892 GWh de energía renovable por limitaciones de red (curtailment o paralización forzosa de la producción de energía). Este volumen de energía no utilizada podría triplicarse de aquí a 2030, hasta alcanzar los 2.869 GWh.
La energía renovable no aprovechada alcanzó su máximo valor en Badajoz con 177 GWh, seguida de Ciudad Real y luego ya en las provincias de Zaragoza, Soria y Lugo. A nivel europeo, en 2024 se desperdiciaron 72 TWh, principalmente de energía renovable, debido a los cuellos de botella, lo que equivale aproximadamente al consumo anual de electricidad de Austria.
El análisis advierte que España corre el riesgo de desaprovechar una parte significativa de su potencial renovable y de perder una ventaja competitiva clave en el contexto europeo de transición energética. Y lo justifica en el hecho de que con una generación renovable que en 2024 fue del 57 % con respecto al total y en el camino de lograr la casi plena descarbonización para 2030. Sin embargo, es necesaria una “inversión acelerada en la infraestructura de red”.
Proyectos de baterías pendientes de conexión a la red
El estudio añade también que existen muchos más proyectos en Europa, tanto solares, como eólicos o de baterías, que tratan de conectarse a la red de los que esta puede absorber a corto plazo. En concreto, en España, Reino Unido, Francia, Italia, y Países Bajos hay 800 GW de proyectos de renovables y 550 GW de proyectos de baterías esperando conectarse, lo que supera con creces la capacidad instalada actual (339 GW para la energía solar y eólica y de 10 GW para las baterías), lo que pone de relieve la magnitud del reto.
Al mismo tiempo, las solicitudes de conexión de grandes consumidores de energía -como infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos, centros de datos, calefacción eléctrica o proyectos de hidrógeno verde- alcanzan los 321 GW, una cifra que supera la demanda máxima registrada en Europa en 2024 (245 GW).
En Europa será necesario triplicar la capacidad solar y eólica para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas y asumir un crecimiento de la demanda eléctrica superior al 70 %. Pero la infraestructura de red no crece a este ritmo. Es cierto que las inversiones en ella han aumentado un 47 % en los últimos cinco años, hasta unos 70.000 millones de euros anuales, pero sigue siendo entre un 13 % y un 44 % inferior a lo que se necesita cada año para cumplir los objetivos de emisiones netas cero. Esta situación está creando cuellos de botella cada vez mayores que ralentizan la transición energética y debilitan la competitividad de Europa. De cara a futuro, para 2045, Europa necesitará instalar 465.000 kilómetros de líneas de transmisión, 6,3 millones de kilómetros de líneas de distribución y más de 4 millones de transformadores, lo que supondrá reconstruir su red eléctrica en una sola generación.
